martes, 30 de diciembre de 2014

"Jules et Jim". Esa cosa que no se puede domar (3)

Una noche, al despedirse, Catherine le dice a Jim:
“Nuestro afecto todavía está naciendo. Hay que dejarlo tranquilo como a un recién nacido. Ha amado, Jim. De verdad, eso se nota.” La conversación deriva hacia Gilberte:”¿Todavía la ama y ella a Vd.? No la haga sufrir, Jim”.
El se sincera, hasta donde puede:
“Siento la necesidad de aventuras, de riesgos. Y también de otras cosas (…) La admiro, Catherine. Y me gusta verla.”
Esa noche, Jules telefonea Jim. 
Catherine quiere leer a toda costa “Les affinités électives”, de Goethe, que ha prestado a Jim. Y, casi implorante: “Jim, Catherine ya no quiere saber nada de mí. Me aterroriza perderla y que salga completamente de mi vida. La última vez que le vi junto a Catherine parecían una pareja que podían compenetrarse.  Jim, ámela; cásese con ella y permítame que la siga viendo; quiero decir, si la ama, deje de pensar que yo puedo ser un obstáculo.”
Jim, seguro, camina por el porche al encuentro de Catherine, para entregarle el libro: Entran en la casa cogidos de la mano. Y así se besan, por primera vez. “Jim se levantó encadenado. Las otras mujeres, ya no existían para él” (voz en off).
Aparentemente desde la amistad, y el deseo, y la admiración, Catherine anuncia a Jules que Jim va a vivir con ellos.
En un aparte, Jim pregunta:
"- ¿Y Jules?"
Y ella responde:
"- Nos ama a los dos (…) Sufrirá menos así. Le amaremos y respetaremos".

José Miguel Viña, de la Universidad de La Laguna, en su análisis de "Jules y Jim", recoge la opinión de Román Gubern: La adaptación de la novela de Roché es “una de las constantes del universo Truffaut, a saber: la “dificultad de amar”.

En el mismo trabajo, publicado en 2011 en la revista Icono14, Viña señala que "aspectos como la pasión y el impulso se ven rígidamente constreñidos por esquemas morales y prejuicios heredados de una idiosincrasia aburguesada.
La imposición de la “rectitud” hace que el deseo, como impulso destructor, convierta a los personajes [de ejemplos fílmicos] en esclavos de sus propias pasiones".
Y prosigue:
"La presencia del yugo de la norma, implica la existencia de un sujeto o grupo (minoría instituyente) encargado de elaborarla, darle forma y aplicarla. Y significa, en segunda instancia, la subordinación de una mayoría (sujetos instituidos)(...) el cine se ha aproximado a las sexualidades periféricas (...),. La hipótesis que barajamos presupone que alzarse contra la sexualidad normalizada deviene (en el marco narrativo) en tragedia y destrucción".

Citando a José de la Colina, los personajes de la película “viven sus sentimientos, sus pasiones, sus ideas (...) en el cuadro social de una civilización europea, cristiana, burguesa, que ha establecido un código, implícito y explícito, para las relaciones entre los hombres y entre el hombre y la mujer. Sin intención de escándalo, con la misma pureza de sus pro-tagonistas, el film desarrolla una forma de relación que se coloca fuera de ese código, que reconsidera (...) todas las convenciones morales sobre el sexo y la pareja.”
Siguiendo el recorrido propuesto, nos recuerda que "Viridiana" es de 1961, "El graduado" de 1967, y "Cowboy de medianoche", de 1969: "Jules y Jim", contemporánea de "Lolita", "excede los límites de la pareja tradicional y desnuda sus insuficiencias. El rol masculino-dominante-falocéntrico (que habíamos visto en "Un tranvía llamado deseo", dirigida por Elia Kazan en 1951) entra en crisis a favor de una nueva mujer dotada de autonomía (…) Desde esta perspectiva, el filme presenta una contradicción discursiva, al generar expectativas sobre una nueva forma de sentir y vivir las relaciones (ideal, utópica…) y denegar su concreción física (la expectativa es irrealizable)".

En su biografía de Françoise Truffaut, Baecque y Toubiana reflejan los temores del director:
"Aunque la acogida de la crítica es excelente, Truffaut está preocupado por el riesgo de una posible censura, consciente de que ese “triángulo de amor puro” puede muy bien incomodar a los censores (…) la comisión de control (…) autoriza (…) su difusión junto con la prohibición a menores de dieciocho años (…) aunque Truffaut logra reunir los prestigiosos apoyos de Renoir, Cocteau, Armand Salacrou, Pierre Lazareff y Alain Resnais, que responden del “carácter no inmoral “ de la película, se confirma la sentencia".
En Italia, la película es prohibida: “Truffaut llega a Roma para apoyar las movilizaciones públicas organizadas por Dino de Laurentiis, distribuidor de la película, junto con prestigiosos intelectuales reunidos alrededor de Alberto Moravia y Roberto Rossellini.”  La prohibición se levanta, se proyecta el 3 de septiembre en Roma, Torino y Milán “y es aclamada por la crítica”.
En Alemania, Inglaterra, Bélgica y Suecia la película es un éxito. 
En Estados Unidos, El Herald Tribune elogia la película,  y el New York Times, entre otros medios, considera "Jules y Jim" como “una de las obras más originales y conmovedoras del cine francés”.
Viña Hernández, José Miguel. "Impulso destructor. (S)experiencia perversa". Revista Icono14 [en línea] 1 de octubre de 2011, Año 9, Vol. Especial, pp. 177-193. Recuperado (Fecha de acceso), de http://www.icono14.net
Antoine de Baecque y Serge Toubiana. “François Truffaut”. Traducción de Jesús Bretos. Plot Ediciones, 2005.

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