jueves, 26 de febrero de 2015

Poeta de guardia XXIX: Paul Celan

"Eye Love Eye" (1997) © Alain Miller



Mi ojo desciende al sexo de la amada: nos miramos,
nos decimos lo oscuro.
Nos amamos uno al otro como amapola y memoria,
dormimos como vino en las conchas,
como la mar en el rayo de sangre de la luna.
Estamos abrazados en la ventana, nos miran desde la calle:
ya es tiempo de que se sepa.
Ya es tiempo de que la piedra se avenga a florecer;
que a la inquietud le palpite un corazón.
Ya es tiempo de que sea tiempo.

Ya es tiempo.

(Del poema Corona).


Con 22 años, Paul Celan hablaba alemán, rumano, hebreo, ruso y francés, había pasado por la experiencia de no poder estudiar medicina en la universidad rumana por ser judío, presenciado la ocupación de su ciudad por el Ejército Rojo y el alemán, sucesivamente, y sufrido la muerte de sus padres en un campo de concentración.

En los años cincuenta, ya en París, Celan se casó con Gisèle de Lestrange, artista gráfica, siendo su principal ocupación la traducción: Apollinaire, Cocteau, Georges Simenon, Cioran, Valéry, Artaud, Mallarmé, Nerval, Rimbaud, Ungaretti, Pesoa, Emily Dickinson, Shakespeare…  “Se sentía desarraigado. Procedía de un país que había dejado de existir, escribía en alemán para un público entre el que no vivía y en el que no confiaba, y residía en una Francia que le minusvaloraba”.

En 1970, en Stuttgart, con motivo del bicentenario de Hölderlin, “Celán, el Hörderlin de nuestro tiempo”, como le bautizó Nelly Sachs, fue el único poeta al que se le invitó a leer”.

Paul Celan vivía en la Avenue Émile Zola, número 6, muy cerca del puente Mirabeau. Ese mismo año, desde ese puente, se arrojó al Sena: “Sobre la mesa del poeta se encontró una biografía de Hölderlin abierta por un pasaje subrayado: “A veces el genio se oscurece y se hunde en lo más amargo de su corazón”.


Paul Celan. Obras completas. Editorial Trotta, S.A., 2013. Traducción de José Luis Reina Palazón. Prólogo de Carlos Ortega. 

domingo, 22 de febrero de 2015

Los claustros de Norah Neilson Gray: Royaumont, Francia, 1914

"The Sottish Women's Hospital: In the Cloister of the Abbaye at Royaumont
Dr Frances Ivens inspecting a French patient"(1920, Imperial War Museum)

Nacida en la villa familiar de Carisbrook, en Helensburgh, a unos 32 kilómetros de Glasgow, en 1882, Norah Neilson Gray inició su formación artística en "The Studio", una academia privada en Craigendoran.

"Autorretrato" (1918)
En 1901, la familia se traslada a Glasgow, y Norah estudia en la Glasgow School of Art hasta 1906, con Francis Newbery y Jean Delville, posteriormente reconocido pintor simbolista belga.
Expone por primera vez, individualmente, en la Warneuke's Gallery de Glasgow, en 1910. Ese año ya tiene su propio estudio en Bath Street.
Tras concluir sus estudios impartió clases en la misma escuela, y hasta abril de 1918 en la St Columba’s School for Girls, en Kilmacolm. Se cuenta que sus alumnas la llamaban "Purple Patch" por su insistencia en la búsqueda del color en las sombras.

En el transcurso de la Primera Guerra Mundial, se incorpora al Voluntary Aid Detachment (VAD), siendo enviada a Francia como enfermera. Su destino es la Abadía de Royaumont, a las afueras de París, habilitada para la atención de heridos por mujeres de los Scottish Women's Hospitals, bajo la dirección de la Cruz Roja francesa.
"Hôpital Auxilaire D’Armée 301, Abbaye de Royaumont" (1918, Helensburgh Library)

Tras la Guerra, prosiguió su carrera como retratista, destacando su facilidad para la realización de pinturas con niños.
 "Half-lenght portrait of a boy"

"Portait of a Girl in Blue" (1920-1925)

Muchos de sus retratos se expusieron dentro y fuera de Gran Bretaña, sobre todo en París. Su obra fue difundida por la revista L’Illustration

En 1921, el Salón de París concedió una medalla de bronce a su obra "The Belgian Refugee", en el que retrata a un ciudadano de Lieja que había huido a Escocia al ser invadido su país por Alemania durante la Guerra.
"The Belgian Refugee" (1915)
Glasgow Museums. Art Gallery and Museum, Kelvingrove

Nora fue la primera mujer que formó parte del comité de selección del Royal Glasgow Institute of the Fine Arts.
Falleció en Glasgow el 27 de mayo de 1931, a los 48 años.


Nora Neilson Gray en la Wikipedia
La Abadía de Royaumont 

sábado, 14 de febrero de 2015

Poeta de guardia XXVIII: Esther González
















No quiero esperar ya
a las cosas que importan;
causan el vacío
de las cosas que importan.

La mirada escéptica bajo un sombrero
de explorador que se cae a pedazos.
La espera agotadora y sin aliento que se vuelve ansia
y después indolencia
a las cosas que importan.

Las cosas que importan
pasan cada día invisibles, intangibles,
inalcanzables y próximas,
en huida y cercanas
para que sean importantes.

© Esther González
Voces Nuevas (XIII Selección de Poetisas). Ediciones Torremozas, Mayo 2000.


domingo, 8 de febrero de 2015

La guerra monta un caballo bermejo: Vicente Blasco Ibáñez

Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo viviente que decía: Ven.
Salió otro caballo, bermejo, y al que cabalgaba sobre él le fue concedido desterrar la paz de la tierra, y que se degollasen unos a otros, y le fue dada una gran espada.
                                         Apocalipsis 6:3-4 (Nacar-Colunga)  


 "Los cuatro jinetes del Apocalipsis". Viktor Vasnetsov, 1887

En 1914, Vicente Blasco Ibáñez llega a París dejando atrás su fracasado intento de sacar adelante dos explotaciones agrícolas en Argentina. Allí quedaba la posibilidad que le había impulsado a abandonar España; su activismo político consecuente con cuanto había visto como niño y estudiante en las calles de Valencia: miseria, ignorancia e injusticia. También sus arengas, encarcelamientos, persecuciones, su “liderazgo entre las filas republicanas”, su escaño de diputado,  su diario El Pueblo contra “el orden anquilosado de la Restauración”, como registra Emilio J. Sales Dasí en el prólogo de “Cuentos de la Gran Guerra”, que le considera

“… uno de los escritores que legó a la posteridad una visión más precisa, y al mismo tiempo más atroz, de la Primera Guerra Mundial fuera, precisamente, un español (…) dedicó su pluma a apoyar la causa aliadófila (…) Le impulsaban a ello su declarada afinidad con una nación que identificaba como cuna de los ideales de libertad y del republicanismo (…) un conflicto que, en su opinión, surgió como consecuencia de la prepotencia germana y que aspiraba a instaurar un orden terriblemente injusto”.


“En el prólogo que redactó para su edición de 1923 de Los cuatro jinetes del Apocalipsis, explicaba el novelista que dicha novela surgió como resultado de la entrevista que mantuvo con Raymond Poincaré. Según sus propias palabras, el presidente francés le animó a visitar el frente de batalla, “pero no para escribir en los periódicos. Eso pueden hacerlo muchos. Vaya como novelista. Observe, y tal vez de su viaje nazca un libro que sirva a nuestra causa”. Era 1915, y el Presidente francés conocía a nuestro escritor porque había leído Sangre y arena y era amigo de Herélle, traductor de Blasco.


Gracias a Poincaré, puede ver “todo el inmenso escenario de la batalla del Marne, cuando aún estaban recientes las huellas de este choque gigantesco. Por sus recomendaciones viví en un pueblecito cerca de Reims, donde estaba el cuartel general de Franchet d'Esperey, jefe del quinto ejército”.
“La escritura volvería a ser el medio adecuado para permitir su propia supervivencia”, de nuevo escribirá para la prensa: “Desde París enviaba a Valencia crónicas y fotografías para que la editorial Prometeo fuera publicando semanalmente fascículos de su Historia de la guerra europea de 1914. Los cuatro jinetes, Mare Nostrum y Los enemigos de la mujer fueron sus novelas “serias” ambientadas en la gran conflagración”.

Los cuatro jinetes del Apocalipsis “pasó desapercibida” en España. Pero en 1918, Charlotte Brewster Jordan, estadounidense afincada en Argentina que viaja a España para perfeccionar el idioma, conoce a Vicente Blasco Ibáñez y le compra los derechos para editar la novela en Estados Unidos. Charlotte misma traduce la novela, que se edita en diciembre de 1918. Su publicación es un gran éxito, y se convierte en el libro más vendido en 1919. Según el Publishers Weekly, Tebbel y otras publicaciones, en ese primer año se vendieron medio millón de ejemplares.
Fotografía de la revista Life, 1920

El éxito es arrollador. Conferencias por Estados Unidos, Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Washington, algún medio llega a pagarle a mil dólares el artículo… Ramiro Reig, autor de Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928). Promotor de rebeldíasnos instruye sobre su impresionante repercursión:
Se vendían ceniceros, corbatas, pisapapeles, con motivos alusivos a la novela, y todo el mundo quería conocer al autor."
En 1921 se realizaría la versión cinematográfica (sin sonido y en blanco y negro) en Hollywood, dirigida por Rex Ingram y adaptación de June Mathis. Entre los actores, uno de los papeles protagonistas fue interpretado por Rodolfo Valentino, para quien la película resultaría determinante para su carrera cinematográfica.

En el prólogo a su Historia de la guerra europea de 1914 (Prometeo, Valencia, 1915), escribe Vicente Blasco:

“Nunca se han visto chocar y morir tantos hombres juntos en un terreno de operaciones tan vasto. La mitad aproximadamente del género humano está en guerra en estos momentos directa o indirectamente. De los 1.700 millones de seres que constituyen la población del globo, 854 millones (entre metrópolis y colonias) se odian y gastan su dinero para exterminarse (…)
Todos los cambios internacionales aparecen dislocados; las grandes bolsas están cerradas; los pagos entre las naciones (aun aquellas que se mantienen en la neutralidad) resultan difíciles, si es que no están suspendidos; el dinero se ha ocultado; el crédito no existe. ¿Cuánto va a costar esta guerra monstruosa, desencadenada por el imperialismo?..."

Félix Vallotton. "Cimetiere Militaire Châlons-sur_Marne", 1917

“La Historia es una resurrección”, decía Michelet. En la presente Historia no hay que resucitar nada. Los hombres y los hechos están aún con vida ante nosotros. No hemos de interrogar a muertos (…) Los que no rodean están vivos o son moribundos que aún pueden hablar y dicen la verdad de los últimos momentos”.

Tras la Guerra Civil,
“Su memoria fue borrada, sus libros prohibidos, su familia perseguida y sus bienes incautados. Las obras realizadas hasta ese momento en el mausoleo fueron destruidas y el solar donde se asentaba, en un lugar privilegiado del Cementerio municipal. Fue utilizado años más tarde para construir el crematorio. A pesar de todo ello, sus restos se conservaron, y reposan en la actualidad en un nicho ordinario, casi anónimo, en el cementerio civil de Valencia” [biografía escrita por José L. León Roca].

Pero unos años antes, la República Española había repatriado sus restos desde Francia a Valencia. El 29 de octubre de 1933, con la asistencia del Gobierno de la República, según recoge Ramiro Reig en su biografía “miles de personas, todos sus personajes, ocupaban las aceras para decirle adiós.” 
Su féretro fue llevado a hombros por pescadores del Grao.