jueves, 17 de julio de 2014

"Obús color de luna". Alejarse de la realidad.

Carcasas de obuses utilizados en el bombardeo de Fricourt, 1916.

QUÉ hermosos esos cohetes que ilumina la noche
Trepan sobre su propia cumbre y se inclinan para mirar
Son damas que bailan con sus miradas a guisa de ojos brazos y corazones (…)
Qué hermosos todos esos cohetes
Pero sería mucho más hermoso si hubiera más todavía
Si hubiera millones de ellos con un sentido completo y relativo como las letras de un libro
Sin embargo es tan hermoso como si la propia vida surgiera de los moribundos (…)
Me parece asistir a un gran banquete iluminado a giorno
Es un banquete al que la tierra invita
Está hambrienta y grandes bocas pálidas abre
Hambrienta está la tierra y este es su caníbal festín de Baltasar 
Quién hubiera dicho que hasta ese punto se pudiera ser antropófago
Y que se necesitara tanto fuego para asar el cuerpo humano
Por ello hay en el aire un saborcillo empireumático que a fe mía no resulta desagradable
Pero más hermoso sería aún el festín si el cielo participara en él con la tierra
Él sólo traga almas
Lo cual es una manera de no alimentarse
Y se contenta con hacer juegos malabares con fuegos multicolores

Pero en la dulzura de esta guerra me he deslizado con toda mi compañía a lo largo de las largas trincheras
Algunos gritos llameantes anuncian sin cesar mi presencia
He excavado e lecho por el que me deslizo ramificándome en mil riachuelos que a todas paren van
Estoy en la trinchera de primera línea y sin embargo me encuentro en todas partes o mejor dicho comienzo a estar en todas partes
Yo soy quien comienza esta historia de los siglos venideros (…)
Yo lego al futuro la historia de Guillaume Apollinaire
Que anduvo en la guerra y supo encontrarse en todas partes
En las felices ciudades de la retaguardia
En todo el resto del universo
En quienes pataleando en las alambradas mueren
En las mujeres en los cañones en los caballos
En el cenit en el nadir en los 4 puntos cardinales
Y en el ardor singular de esta vela de armas

Y sin duda sería mucho más hermoso
Si yo pudiera imaginar que todas esas cosas en cuyo interior por dorquier me encuentro
Pudieran también ocuparme
Pero en este sentido aún no hemos llegado a nada
Porque si bien en todas partes estoy en estos momentos sin embargo el único que en mí se encuentra soy yo
Fragmentos de “Maravilla de la guerra”, fechado en diciembre de 1915.

"Wilhelm Albert Wladimir Alexandre Apollinaire de Kostrowitzky nació en Roma, el 26 de agosto de 1880 (...) Su madre, Angelica de Kostrowitzky (...) era una joven polaca cuyo padre se encontraba al servicio del Papa: siendo hijo ilegítimo, el 2 de noviembre le reconoce otorgándole su apellido. Su presunto padre, Francesco Flugi d'Aspermont [antiguo oficial del ejército real de las Dos Sicilias], rondaba los cuarenta y cinco años (...) dos años después, nacería su hermano Albert (...) en 1885 se consuma la ruptura entre sus padres (...) Angelica comienza entonces una vida aventurera y nómada, guiada en buena parte por la geografía de los Casinos europeos", y también por sus amantes.
Interior del Casino de Mónaco, 1900

Apollinaire, no reconocido por su padre, se identifica en "El encantador puetrefacto" con Merlin, que tampoco conoció al suyo. 
Poco antes de iniciarse la guerra, conoce a “André Level, un hombre prestigioso, crítico y amante de la pintura (…) establece con él una relación casi paterno-filial”. En sus cartas, “le pide lo que necesita, incluso calcetines, medicinas, remedios contra los piojos, papel, plumas, algo que no se atreve a pedir ní a sus novias ni a su madre, y además le insiste para que le recomiende en un puesto en la infantería. Este padre sustitutivo no le abandonará hasta su muerte (…)”
“Hay en él y en su obra algo muy profundo y doloroso (..) que Madeleine [Pagés], su novia durante la guerra [ver entrada del 13 de abril], notó inmediatamente cuando lo conoció en un tren (“il ferme les yeux et parait soudain triste et fatigué, je suis bouleversée par ce visage, jamais je n’ai vii exprimer tant de choses á un visage aux yeux fermés”),
* Cierra los ojos y parece de repente triste y cansado, me conmueve ese rostro, jamás ví expresar tantas cosas a un rostro con los ojos cerrados.
Tristeza y dolor que confirma tras leer “Alcools; (…) pero Apollinaire lo niega porque (…) tiene siempre tendencia a negar sus debilidades, sobre todo cuando son otros los que se las hacen ver (…)”

Retrato de Maurice de Vlaminck, 1903
Es reconocida por diversos especialistas (Burgos, Adéma, Durry,  Davies, Jane…) la “fuerza destructora de su madre (…)" 
Con su madre vive “una relación fisica y pasional a través de los azotes y de los castigos físicos, y el joven poeta se angustia entre la culpabilidad que le produce el deseo de su madre y la atracción y el odio hacia ella. Y estos fantasmas producen una desorientación, un desorden y una violencia que configuran la personalidad de Guillaume. En todo caso, el incesto será una de las obsesiones que aparecen con frecuencia en su obra.”
“(…) La oscilación entre actitudes de crueldad y momentos de aparente ternura que, en realidad, sólo son juegos caprichosos en los que el verdugo trata a su víctima como un niño, un objeto con el que se divierte, aunque ésta desee interpretarlos como muestras de interés y de amor (…) 
"El había conocido este tipo de actitudes y las repetía como algo habitual (…) las frases que tanto repite [a sus amantes], son frases sin consistencia, frases automáticas, las mismas que escuchó durante su infancia, que permanecen almacenadas intactas en un archivo de su memoria y que vuelven a aparecer espontáneamente en cuanto siente de nuevo lo que él imagina amor pero que sólo es pasión o más bien una tensión extraordinaria”.

Estudio para retrato de G. Apollinaire. Louis Marcoussins, 1912 
La correspondencia, con frecuencia simultánea, con Lou [Louise de Coligny] y Madeleine, “pone de relieve la profunda violencia con la que Apollinaire intenta superar su angustia y su inseguridad personal, una violencia que llega a provocar en el poeta reacciones sádicas o masoquistas de un alcance impresionante (…) su masoquismo determinó incluso su aspecto físico, su proverbial y particular gordura, así como su glotonería, tan vinculada a la violencia y al erotismo”.
En la guerra “vuelve a recuperar (…) las situaciones de violencia vividas en los primeros años de su vida y las proyecta, distorsionándolas y agravándolas aún más con su imaginación. La guerra le produce un miedo presente, pero la amenaza que provoca la angustia del poeta se encuentra en su pasado" [resaltado en negrita en el original].
“Todo ocurre en la imaginación de Guillaume. Distorsiona a las mujeres, las transforma según el miedo, la regresión infantil o la excitación del momento. Ellas en sí no son nada más que la imagen que el poeta quiera darles. Y con frecuencia las ve pérfidas y crueles, así se horroriza y se excita con ese horror (…); él corre desesperadamente al encuentro del amor, pero se le escapa siempre".
A su madre “le gustaba pasearse por su casa con una fusta en la mano [como si fuese el único menaje y no sólo únicamente para las bestias *]

"Apollinaire herido". Pablo Ruiz Picasso, 1916 

“Unas veces, como es el caso de Annie Playden, la violencia tomará la forma de amenazas y de persecución, y otras se volverá contra él, como con Lou, con la que tras una etapa de sadismo y de intento de dominación caerá en una vergonzosa sumisión. Y, al contrario: en cuanto desaparece el interés se acabarán también la dominación y la violencia, como ocurre con Madeleine (…) detenido en las experiencias de su infancia, no concibe la excitación sin la violencia”.
A ella le había escrito: Yo soy, vosotros lo sabéis, autoritario ... tú me obedeces pasionalmente, tú deseas mis órdenes más violentas, tú deseas mi violencia *  Y “la usará, la escandalizará, le transferirá la violencia y la angustia que le produce la guerra, abusará de ella y después la dejará sin ninguna consideración (…) nunca le explicó claramente los motivos para terminar la relación; solo se escudó (…) en su condición de herido de guerra para decirle que sus sentimientos en todos los sentidos habían cambiado”.
Madeleine no existía tal como él la había inventado a su medida para exaltarse, y la sexualidad que le inspiraba era sólo fruto de su imaginación; y esa exaltación excesiva que él mismo creaba, sólo podía darle, igual que la droga, una euforia artificial

En el momento de su muerte, le acompañaría su amigo Pablo Ruiz Picasso. No llamaría a su madre: “Nunca [tuvo] una relación natural con ella, sino una relación instalada en la manipulación, en el masoquismo, en la sumisión y en la violencia”.

Aprendemos que el ideal es trabajar con la realidad de los hechos. Pero para Guillaume Apollinaire, la imaginación fue su mejor defensa y su arma.


Fuentes
"Guillaume Apollinaire. Caligramas." Edición, traducción y notas de J. Ignacio Velázquez. Ediciones Cátedra, S.A., 1987.
“Apollinaire y la guerra”. María Elena Fernández-Miranda. Bruselas, 1999.
 (*)Traducción fragmentos de D. Corzo.
El París de Guillaume Apollinaire:
http://www.wiu.edu/Apollinaire/Promenade_interactive.htm

sábado, 5 de julio de 2014

Poeta de guardia XXII: Sophia de Mello Breyner Andresen

Odiei o que era fácil
Procurei-me na luz, no mar, no vento
("He odiado lo fácil / Me he buscado en la luz, en el mar, en el viento".)

ÍTACA
Cuando las luces se reflejen inmóviles en las aguas verde de Brindisi
Dejarás el muelle confuso donde se agitan palabras pasos remos y grúas
La alegría estará en ti ardiente como un fruto
Irás a proa entre las negruras de la noche
Sin ningún viento sin ninguna brisa sólo un susurrar de caracola en el silencio
Pero por el repentino balanceo presentirás los cabos
Cuando el barco gire en la oscuridad cerrada
Estarás perdida en el interior de la noche en el respirar del mar
Porque ésta es la vigilia de un segundo nacimiento

El sol rozando el mar te despertará en el intenso azul
Subirás despacio como los resucitados
Habrás recuperado tu sello tu sabiduría inicial
Emergerás confirmada y reunida
Asombrada y joven como las estatuas arcaicas
Con los gestos envueltos aún en los pliegues de tu manto


Una de las sorpresas y de los muchos aciertos del Oceanário de Lisboa es la poesía de Sophia de Mello Breyner Andresen.
Son numerosas las paredes en las que pueden leerse versos sueltos de sus poemas dedicados al mar, justo al lado de las grandes cristaleras que nos adentran en ese mismo mar y sus criaturas.
 Sophia de Mello Breyner Andresen nació en Oporto el 6 de noviembre de 1919:
“Antes de saber leer, oí recitar y aprendí de memoria un antiguo poema tradicional portugués, llamado “Nau Catrinera”. Tuve así la suerte de comenzar por la tradición oral, la suerte de conocer el poema antes que la literatura. De hecho yo era tan niña que ni sabía que los poemas los escribían personas, más bien creía que eran consustanciales al universo, que eran la respiración de las cosas”.
Cursó estudios de Filología Clásica en la Universidad de Lisboa, que no llegó a concluir. Admiró profundamente la civilización griega.
Tras la “Revolución de los claveles”, fue elegida diputada socialista a la Asamblea Constituyente. 
En su Nota Preliminar a la antología poética “Nocturno mediodía”, escribe Angel Campos Pámpano: “… [su] actitud cívica y ética ha sido intachable a lo largo de su vida, creyó siempre en la cultura como elemento primordial para el desarrollo de los pueblos, porque es la cultura la que enseña al hombre a escoger y construir y crear la propia vida”. Falleció en Lisboa, el 2 de julio de 2004. El mar es el camino hacia mi casa. 


Fuentes:

"Sophia de Mello Breyner Andresen. Nocturno mediodía. antología Poética (1944-2001)". Prólogo de Eduardo Lourenço. Selección, traducción y nota preliminar de Angel Campos Pámpano. Galaxia Gutenberg Círculo de Lectores (2004).
Fotografía con versos de Sophia de Mello : Tété   natuereza.blogspot.com.es
Fotografía "Medusas": Diego (revista www.consumer.es)

miércoles, 2 de julio de 2014

"En la cueva-refugio". Guillaume Apollinaire.

"El espejo de Venus". E. Burne-Johns (1875)


ME lanzo hacia ti y me parece que hacia mí también tú te lanzas
Una fuerza surge de nosotros un fuego sólido que nos funde
Y luego también hay una contradicción por la que no podemos descubrirnos
Frente a mí la pared de creta se desmorona
Hay fracturas
Largas huellas de herramientas huellas lisas que parecen hechas de estearina
Cantos de fracturas son arrancados al paso de los tipos de mi pieza
Por lo que a mi respecta tengo esta noche un espíritu hundido que está vacío
Podría decirse que sin cesar por él se cae y sin tocar fondo
Y que nada hay en él donde agarrarse
Lo que por él cae y que allí vive es una especie de feos seres que me hacen daño y no sé de dónde me llegan
Si yo creo que vienen de la vida de una especie de vida que se encuentra en el futuro en el futuro en bruto que todavía no se ha podido cultivar o educar o humanizar
En ese gran vacío de mi alma falta un sol falta lo que ilumina
Es hoy es esta noche y no siempre
Felizmente es tan sólo esta noche
Los demás días yo me apego a ti
Los demás días me consuelo de la soledad y de todos los horrores
Imaginando tu belleza
Para alzarla por encima del universo extasiado
Luego pienso que en vano la imagino
No me es conocida a través de ningún sentido
Ni siquiera a través de las palabras
Y mi gusto por la belleza tan vano es pues
Existes tú amor mío
O no eres sino una esencia que sin quererlo he creado
Para poblar la soledad
Eres acaso una diosa al estilo de las que los Griegos se habían dotado para aburrirse menos
Yo te adoro oh mi diosa exquisita incluso si sólo en mi imaginación existes.



"Guillaume Apollinaire. Caligramas." Edición, traducción y notas de J. Ignacio Velázquez. Ediciones Cátedra, S.A., 1987.
“En la cueva-refugio” está fechado en diciembre de 1915, y enviado a Madeleine Pagès  para su publicación en Le Grande Revue en noviembre de 1917.