domingo, 10 de enero de 2021

"Platero y yo", 1914

                                         Primera edición de "Platero y yo", 1914. 
                                                         (Ediciones de la Lectura).



Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.



Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas… Lo llamo dulcemente: “¿Platero?”, y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal…

Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas, mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina gotita de miel…


Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:

-Tien’ asero…

Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.


Platero y yo”. 
Juan Ramón Jiménez.
Marido de Zenobia Camprubí. 
Premio Nobel de Literatura 1956.


Ilustraciones de Fernando Marco para la edición de 1937 incluidas en la edición conmemorativa de Austral, 2006.

Oído en el programa “El placer de escuchar”: