cabalgabuitres pulguiarqueros lechuguialados
gorrioniboludos tallisetas
nubicentauros
Éstas son parte de las
huestes que combaten en los espacios estelares, uno de los primeros episodios de esta pasmosa aventura.
“Luciano de Samosata, al
escribir Relatos verídicos, recurre a la fantasía desbordante y al delirio: vientos
huracanados que impulsan a un barco a desplazarse por los aires hasta llegar al
espacio, el encuentro de la tripulación con los “cabalgabuitres” (gendarmes de
la frontera lunar), la visita al palacio de Endimión (el rey de la Luna de
origen griego), la guerra contra el rey del Sol (Faetonte)” [Ricardo I.
Paredes].
En su edición de Viajes a la Luna. De la fantasía a la ciencia-ficción, Carlos García Gual nos explica que "la peculiar abundancia de criaturas extrañas es una creación de Luciano, pero es fácil, para un filólogo conocedor de la literatura griega anterior, rastrear la procedencia y abolengo de la mayoría de ellas. Luciano es un literato singularmente afecto al pastiche y a la parodia."
Una vez en la Luna, y aunque Endimión "nos animaba a quedarnos a su lado", permanecen siete días más.
Y es entonces cuando Luciano pasa a contar "las rarezas y maravillas que observé durante mi estancia en la Luna", igual que Heródoto había hecho con los egipcios:
Y es entonces cuando Luciano pasa a contar "las rarezas y maravillas que observé durante mi estancia en la Luna", igual que Heródoto había hecho con los egipcios:
"Hay entre ellos una raza de hombres, a los que llaman "arbóreos" (...) rebanan el testículo derecho de un hombre y lo plantan en el suelo, y de él nace un árbol altísimo (...) sus frutos son bellotas del tamaño de un codo. Cuando ya están maduras (...) descortezándolas, extraen a los hombres de esta clase. Además tienen sus órganos sexuales artificiales: los unos los tienen de marfil y los pobres de madera".
En septiembre asistí
al taller impartido por Carlos García Gual, especialista en antigüedad clásica y Literatura. Divertido, didáctico y amable, el último día nos deleitó
con Luciano de Samósata (s. II, Siria), “el último narrador griego… una prosa ligera, ágil (….) no un revolucionario, sino un espíritu burlón”.
Luciano es "un escritor helenizado, que conoce muy bien la literatura anterior, nacido en la época de Marco Aurelio; en Asia Menor “hay enormes teatros...”
Y continúa Luciano con sus experiencias en la Luna:
“Entre ellos se considera
guapo al que está calvo y pelón, mientras que les inspiran repugnancia los
melenudos. En los astros cometas (…) consideran hermosos a los melenudos (…)
Les sale barba, un poco, en las rodillas (…) sobre sus nalgas tienen todos
plantada una enorme col, a modo de cola, siempre rozagante, y que no se
espachurra si uno se cae de espaldas”.
“Utilizan su barriga como
zurrón, metiendo en ella cuanto necesitan. Porque tienen que abrirla y
cerrarla, pues no guardan tripas ningunas (...) está forrada por dentro con un
vello espeso, de modo que los niños pequeños, cuando hace frío, pueden guarecerse
allí.”
“(...) los
selenitas no nacen de mujeres, sino de
los hombres. Porque los matrimonios son entre varones y ni siquiera conocen el
nombre de mujer. Hasta los veinticinco años cada individuo actúa como esposa, y
a partir de éstos como marido. No se quedan preñados en el vientre, sino en las
pantorrillas (…) empieza a engordar la pierna y, al pasar el plazo de tiempo,
la abren de un tajo y sacan los fetos muertos; pero los colocan de cara al
viento con la boca abierta y recobran la vida. Me parece que de ahí les vino a
los griegos el nombre de “pantorrillas” {nota de C.García Gual: En esa fantasía de la
pantorrilla como matriz tal vez haya un eco del nacimiento mítico de Dioniso,
alumbrado del muslo de Zeus.
“En cuanto a los ojos, no me
atrevo a decir cómo los tienen, no sea que alguno piense que cuento mentiras,
por lo inverosímil del relato; pero con todo lo voy a contar. Tienen los ojos
desmontables, y el que lo desea se los quita y los guarda hasta que necesita
ver, y entonces se los pone de nuevo y ve. Y muchos, cuando han perdido los
suyos, piden otros prestados, y así ven con ojos ajenos. También hay algunos,
los ricos, que tienen muchos ojos de repuesto”.
“(…) en una sola cosa seré
veraz: en decir que miento. Me parece que así escaparé a la acusación de los
otros, al reconocer yo mismo que no cuento nada verdadero. Escribo, por tanto,
de lo que ni vi ni comprobé ni supe por otros, y es más, acerca de lo que no
existe en absoluto ni tiene fundamento para existir. Con que los que me lean no
deben creerme de ningún modo”.
Los dioses, las diosas, los habitantes de la Luna y Luciano de Samosata acompañen nuestras jornadas.
"En cuanto rozamos el
agua, nos regocijamos al máximo y exultamos de alegría. E hicimos una fiesta a
bordo, y nos salimos del barco y nos echamos a nadar, pues entonces reinaba la
calma y estaba el mar sereno".
"Viajes a la Luna. De la fantasía a la ciencia-ficción". Edición de Carlos García Gual. Biblioteca ELR Ediciones, 2005 (traducción de Carlos García Gual).
Aproximación a Luciano de Samosata en la Revista Pliego Suelto por Ricardo Iván Paredes.
Aproximación a Luciano de Samosata en la Revista Pliego Suelto por Ricardo Iván Paredes.
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