jueves, 27 de febrero de 2014

Poeta de guardia XI: Charles Baudelaire

Baudelaire significó un "punto de giro" en la poesía francesa y europea en cuanto a la expresión  de los sentimientos más oscuros del ser humano, de lo tenebroso.
"La poesía francesa de la absenta", comentaban unos amigos.

El año pasado, durante el taller que compartimos en el Centro de Poesía José Hierro, de Getafe, con Eugenio Torijano, nos adentramos con su traducción de "Las flores del mal" -con su buen hacer y cuidado- en la carne y espíritu de Charles Baudelaire, niño solitario y rebelde, de años de bohemia, que se ganaba la vida con dificultad, día a día.
Mal comprendido durante mucho tiempo, en "Las flores del mal" revive su mundo atormentado. 

Ilustración de la portada del libro. Fragmento de la vidriera de la Danza de la Muerte. Catedral de San Vicente, Berna, Suiza.



                                     CXXVII
          LA MUERTE DE LOS AMANTES
Tendremos camas llenas de aromas penetrantes
y divanes hondísimos como las sepulturas,
raras flores nacidas sobre nuestros estantes,
sólo para nosotros, bajo nubes más puras.

Derrochando a porfía sus postreros ardores,
nuestros dos corazones como antorchas serán,
dos espejos gemelos, que, con vivos fulgores,
en nuestros dos espíritus su luz proyectarán.

Una tarde de rosa, y místico azulado,
cambiaremos un rayo único y lacrimoso,
igual que un gran sollozo de adioses muy cargado;

y más tarde, algún Angel, entreabriendo las puertas,
vendrá a dar nueva vida, muy fiel y jubiloso,
a los espejos turbios y a las antorchas muertas.


"Las flores del mal". Charles Baudelaire. Introducción, versión rimada y español y notas de Eugenio Torijano Pavón.
Prefacio de Chús Arellano.
Ediciones QVE
www.edicionesqve.com
http://www.unoeditorial.com/portfolio/las-flores-del-mal/



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