René Magritte. "El descubrimiento del fuego" (1935).
Es Navidad.
El caleidoscopio de la sociedad alemana que es la pensión en la que se aloja Robby, ha cambiado.
No en vano, el año acaba: el señor Hasse se ha suicidado a pesar de su ascenso, después de meses y meses conviviendo con el terror -como tantos otros- a perder su empleo en la Alemania de la hiperinflación; la tuberculosis acecha gravemente a Patricia incluso en el hospital suizo…
Lo único bueno de esa noche es rescatar al joven, desnutrido y desesperado Georgie, casi un epítome de toda una generación, hacer que se vista y llevarle al “Internacional”: sí, el café bar donde antaño Robby confraternizaba en sus malos días con el imprescindible camarero Alois y vasitos de ron; donde ahora toca el piano por las tardes; el cuartel general, refugio y confesionario de las mujeres que tratan de comer desde el lado de la prostitución; donde culminan las noches con Lenz y Koester tras una buena pitanza en las afueras; donde los coches pasan con sus ojos de gato sin que se pueda atisbar su color…
Irving Berlin, una leyenda de la época. White Christmas, There's No Business Like Show Business y Cheek to Cheek son composiciones suyas
“[Erna Boening] no se hacía ilusiones
acerca de la vida; sabía que uno debe afanarse para obtener un poco de lo que
se da en llamar felicidad. Igualmente sabía que, con tal fin, es preciso pagar
un precio dos o tres veces mayor (…) Erna se arrodilló ante su discoteca (…)
-¿Le gusta el foxtrot? –preguntó.
-No –contesté-. A decir verdad, no sé
bailar.
Me miró atónita (…)
-Yo despacharía inmediatamente a un
hombre que no supiera bailar.
-Usted tiene unos principios muy
rígidos –dije-. Pero los bailables no son imprescindibles (…) Hace poco usted
tocó uno muy agradable…, la voz era femenina, y el acompañamiento, una especie
de música hawaiana…
-¡Ah, ésa es fabulosa! ¿Cómo me sería posible vivir sin ti…?, ¿verdad? (…) un gramófono es casi como un Diario íntimo (…) cuando quiero recordar algo, me basta poner el correspondiente disco para que todo reaparezca ante mi vista."
-¡Ah, ésa es fabulosa! ¿Cómo me sería posible vivir sin ti…?, ¿verdad? (…) un gramófono es casi como un Diario íntimo (…) cuando quiero recordar algo, me basta poner el correspondiente disco para que todo reaparezca ante mi vista."
"Fui en busca de Lenz al "Internacional" (...) Me miró.
-Porque todo lo demás es pura porquería, Robby. Porque hoy no hay nada que merezca la pena. Piensa en lo que te dijo ayer, Ferdinand (…) Ahora siéntate ante esa carraca y toca un par de nuestras viejas canciones soldadescas.
Toqué Drei Lilien y el Argonnerwald. Las notas sonaron como algo espectral en el solitario local, sobre todo al pensar cuándo y cómo las habíamos cantado.”
"Argonnerwald". Publicado por +JPtankman
“Tuve una gran alegría cuando el
propietario del “Internacional” me propuso que tocara nuevamente el piano en su
local por las tardes a partir de diciembre (…) la “Asociación de Ganaderos” había optado por celebrar sus reuniones semanales
en un reservado; luego la había imitado la “Asociación de Tratantes en
Caballos” y, para completarlo, la “Sociedad de Incineradores” había hecho lo
propio, por razones de utilidad pública.”
“Se había proyectado celebrar una gran
fiesta para los solteros de todas las Asociaciones. El presidente de los
ganaderos (…) había quedado viudo dos años antes y era hombre de temperamento
muy sociable.”
Potsdamer Platz, Berlín. Noviembre 1930. Bundesarchiv.
“Llamé a la puerta de Georgie (…) Estaba
acurrucado ante su escritorio y tenía un aspecto pésimo. A su alrededor había
montones de papeles rotos.
-Buenas tardes, Georgie –dije-. ¿Qué
estás haciendo?
-Inventario –repuso con una débil
sonrisa.
-¡Buena ocupación para Navidad! (…)
¿Para qué esta destrucción?
-Ya no tiene objeto, Robby.
-¿Qué has comido hoy? –pregunté. Hizo
un gesto evasivo (…)
-Georgie (…) Mírame. ¿Crees que en
otro tiempo yo quise ser pianista de ese prostíbulo llamado “Café
Internacional”? (…)
-Lo sé, Robby, lo sé. Pero no me sirve
de ayuda (…) Nada tiene objeto. Dime, ¿para qué se vive realmente? (…)
-¡Ah, pequeño asno! –exclamé-. ¡Vaya
un descubrimiento que has hecho! ¿Crees acaso encontrarte a solas con tu
grandiosa sabiduría? ¡Claro que no tiene objeto! Además, uno tampoco vive para
encontrarle objeto a la vida. La cuestión no es tan simple, ni mucho menos.
Vamos, vístete. Ven conmigo al “Internacional”. Debemos celebrar tu llegada al
estado adulto”.
"Hymne an die Nacht". Publicado por +Mario Steller
“El
viejo recinto saturado de humo era casi irreconocible. Las velas del árbol
navideño ardían alegremente, y su luz cálida se reflejaba en todas las botellas
y copas, en el níquel y el cobre del mostrador. Las rameras, con trajes de
noche y joyas falsas, estaban sentadas alrededor de una mesa en actitudes
expectantes.
A
las ocho en punto entró marcialmente el orfeón de los ganaderos asociados. Sus
componentes formaron ante la puerta con arreglo a los timbres de voz (…)
inmediatamente resonó la balada a cuatro voces:
¡Oh, noche sagrada!, derrama la paz
celestial
sobre este corazón,
da reposo al pobre peregrino,
bálsamo consolador a su corazón.
Claras brillan las estrellas,
fanales de la azulada lejanía.
¡Ojalá me llevaran hasta ti, en
dirección al cielo!
(…) Estalló una salva atronadora de
aplausos. [El presidente de los ganaderos] se enjugó el sudor de la frente.
-Beethoven será siempre Beethoven –manifestó rotundamente. Nadie le contradijo (…)-. Y ahora…, ¡a las armas!
-Beethoven será siempre Beethoven –manifestó rotundamente. Nadie le contradijo (…)-. Y ahora…, ¡a las armas!
(…) Alois apareció con un frac recién
teñido, obsequio del patrón. Traía unas jarras de “Steinhäger” y empezó a
escanciar. Le acompañó Potter, de la “Sociedad de Incineradores”, quien poco
antes había dirigido una cremación.
-¡Paz sobre la tierra! –dijo
solemnemente.”
Las prostitutas han preparado regalos
para sus más íntimos, no necesariamente clientes. A Robby le pilla de sorpresa
su regalo:
“-Chicas –dije-. ¿Sabéis cuándo fue la
última vez que recibí regalos navideños? (…) Quizá fuera en la guerra. ¡Y ahora
resulta que yo no he traído nada para vosotras!
Estalló una tremenda algarabía, todas
se rieron al verme tan cariacontecido.
-Tú has tocado siempre algo para
nosotras –dijo Lina enrojeciendo.
-Sí, tócanos ahora algo; ése será tu
regalo –dictaminó Rosa
-Lo que queráis –dije-. Todo cuanto
queráis.
-Aus
der Jugendzeit! –vociferó Marion (…)
Aus
der Jugendzeit
klingt ein Lied mir immerdar.
Oh,
wie lieght soweit
was mein einst war…"
“Lenz dio cuerda al gramófono. Tenía innumerables discos de espirituales negros, y puso unos cuantos, del Mississippi, de los cosechadores de algodón y las noches sensuales a orillas de azulados ríos tropicales.”
"Yonder Come Day". Georgia Sea Island Singers.
Publicado por +John Melville Bishop
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