Hace unos
días tarareábamos “Pack Up Your Troubles in Your Old Kit-Bag”. Comentaba Kenneth Simcox,
en la página de la Wilfred Owen Association (http://www.wilfredowen.org.uk/poetry/smile-smile-smile),
que nuestro poeta tenía que haber oído montones de marching songs. Pero eligió precisamente “Smile, Smile, Smile” como
título para un poema realista, preciso como las cuestiones que aborda; dejando
a un lado la composición poética, el ambiente íntimo, las imágenes más surrealistas de la guerra.
Pero, ¿quién es Wilfred Owen? Wilfred Owen forma parte de los conocidos
como “War Poets”, grupo de poetas que combatieron durante la Primera Guerra
Mundial; es decir, ya escribían antes de alistarse, pero sus creaciones
acabaron girando en torno a la guerra, sus miserias y su desmitificación.
Escuchemos su voz, insólita si hemos leído el entrañable “Strange
Meeting” o el grandioso “Dulce et decorum”, siguiendo la traducción de Gabriel
Insausti (“Wilfed Owen, Poemas de guerra”. Barcelona 2011, Acantilado):
Cabeza con
cabeza, los heridos leían
el Mail de anteayer; en letra grande
nuestra
última victoria, y en pequeña las bajas.
También se
hablaba de vivienda a bajo coste
“pues –decía el diario-, cuando la guerra
acabe
los hombres
desearán construirse una casa.
Mientras, lo
que necesitamos son aeródromos,
porque esta
guerra apenas ha empezado.
No hace
justicia a nuestros muertos una pronta paz.
El sacrificio
de los hijos bien merece
que a
nosotros nos quede a cambio algo que dure.
Hemos de ser
debidamente indemnizados.
aunque sea de
todos la victoria,
nosotros, gobernantes
de este antiguo lugar,
no seríamos
justos si olvidáramos
que la gloria
mayor es de los que combaten
por conservar
entera esta nación”.
¿Nación? Los
mutilados nada dicen
pero, de
forma extraña, se sonríen
como quien
sabe a buen recaudo su secreto.
(Esto es lo
que saben y no dicen:
que
Inglaterra ha volado, hombre a hombre,
a Francia,
y en ninguna
otra parte sino en Francia se encuentra).
Fotos de esas
sonrisas se publican a diario
y la gente
–qué ingenua- se repite:
“¡Cómo
sonríen¡ Pobres: ahora están contentos”.
“Smile, Smile, Smile” se inspira en discursos como el del Primer
Ministro francés, George Clemenceau, que las tropas pueden leer en los
periódicos (septiembre 1918), según relata Dominic Hibberd en “Wilfred Owen: A
new biography”(Phoenix, 2003).
En el poema se escenifica la brecha que existe entre la realidad que
conocen los soldados de las trincheras y el reconocimiento de los políticos,
que utilizan un lenguaje grandilocuente y condescendiente, y aparentemente
ignorante.
Quienes han leído
sobre un joven ingenuo y soñador, con fantasías de grandeza poética, algo
tímido y acomplejado, que retratan las biografías y memorias de los otros
poetas-soldado que le conocieron personalmente, no se les escapa este otro Owen, con los dos pies bien plantados en el suelo. Se acabó. Los ingenuos son los
otros, los que viven la guerra en casa. La verdad es que Inglaterra ha volado a
Francia.
En la madrugada del 4 de noviembre de 1918, una semana y pocas horas antes de la firma del Armisticio, las tropas británicas tratan
de cruzar el Canal Sambre-Oise; la orilla contraria está fuertemente defendida
con ametralladoras por los alemanes. Parece que Wilfred daba instrucciones a
los hombres que iban con él, cuando debió ser alcanzado.
Fuente de la imagen: http://www.wilfredowen.org.uk/virtual-tour/ors
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar esta entrada. Se publicará en breve.